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Trastornos inducidos por anticonceptivos hormonales

Los métodos anticonceptivos hormonales (píldora, parche, anillo vaginal, implante subcutáneo, inyectable) son muy usados por las mujeres como forma habitual de control de la natalidad. Muestran como ventajas la regularización de las menstruaciones y la reducción del riesgo de presentar cáncer endometrial y ovárico, quistes ováricos, embarazo ectópico y anemia ferropénica.

 

En general como efectos secundarios de los anticonceptivos hormonales destacan:

- estrogénicos: náuseas, hipersensibilidad mamaria, cambios quistitos mamarios, cefalea, aumento de la tensión arterial e incremento del tamaño de los miomas.
- progestágenos: aumento de peso, fatiga, disminución de la libido y cefalea.
- androgénicos: hirsutismo, ácne y aumento de peso.

 

Se aplican los mismos principios en fases posteriores, es decir, las mujeres perimenopausicas tratadas con anticonceptivos hormonales o las mujeres posmenopausicas en tratamiento hormonal sustitutivo pueden sufrir una recaída o inicio de una depresión.

 

En conclusión, la mayoría de las mujeres pueden estar relativamente tranquilas en relación al uso de anticonceptivos hormonales y las alteraciones del estado de ánimo, si bien, algunas de aquellas que presenten antecedentes depresivos pueden ver reiniciada o agravada su patología.

La toma de anticonceptivos hormonales también puede causar alteraciones del estado de ánimo, en especial depresión, sobre todo si existían antecedentes previos a la toma de anticonceptivos.

 

Su interrupción o el cambio a otra formula pueden disminuir las molestias.

 

El factor causante suele ser la progesterona, aunque algunas mujeres pueden presentar alteraciones del estado de ánimo en respuesta sólo a los estrógenos.

 

Las formulas que contienen menor proporción de progestágenos/estrógenos suelen tener menor relación con los síntomas depresivos

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